20 dic 2011

R


D y R se conocieron una noche cualquiera de otoño. R llegaba tarde, y en el bar ya no quedaba ni uno solo de sus amigos. Se sentó en la barra y pidió algo fuerte. Estaba cansado, llevaba todo el día haciendo entrevistas y la única respuesta que oía una y otra vez era Ya te llamaremos o peor aún, no eres el perfil que estamos buscando, lo siento, y eso era todo. Una sonrisa, una palmadita en la espalda y a casa, otro día más, sin ningún resultado. El dinero se le empezaba a acabar y tendría que volver a casa de sus padres, con el rabo entre las piernas. Aún recordaba aquella noche, hacía ya 5 años. 5 años y parecía que hubiera sucedido el día anterior. Si cerraba los ojos podía ver la mesa perfectamente preparada, los platos a medio comer y si se esforzaba un poco más incluso podía oír los gritos de su padre y los lloros de su madre. No podía olvidar el sentimiento de tranquilidad que le inundó cuando cruzó la puerta de casa con su maleta y una caja. Y también continuaba sintiendo el peso de las palabras de su padre si te vas es para no volver.

/ Y el jueves sabremos un poquito más de D
¿Qué os parece? :)

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