D y R se
conocieron una noche cualquiera de otoño. R llegaba tarde, y en el bar ya no
quedaba ni uno solo de sus amigos. Se sentó en la barra y pidió algo fuerte.
Estaba cansado, llevaba todo el día haciendo entrevistas y la única respuesta
que oía una y otra vez era Ya te
llamaremos o peor aún, no eres el
perfil que estamos buscando, lo siento, y eso era todo. Una sonrisa, una
palmadita en la espalda y a casa, otro día más, sin ningún resultado. El dinero
se le empezaba a acabar y tendría que volver a casa de sus padres, con el rabo
entre las piernas. Aún recordaba aquella noche, hacía ya 5 años. 5 años y
parecía que hubiera sucedido el día anterior. Si cerraba los ojos podía ver la
mesa perfectamente preparada, los platos a medio comer y si se esforzaba un
poco más incluso podía oír los gritos de su padre y los lloros de su madre. No
podía olvidar el sentimiento de tranquilidad que le inundó cuando cruzó la
puerta de casa con su maleta y una caja. Y también continuaba sintiendo el peso
de las palabras de su padre si te vas es
para no volver.
/ Y el jueves sabremos un poquito más de D
¿Qué os parece? :)
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