- Lo más fuerte que tengas… doble.
Los pies de D
habían topado con aquel bar. Al contrario de lo que pudiera parecer no estaba
triste, ni siquiera enfadado. Era cierto que llevaba bastante tiempo saliendo
con esa chica, y que debería ponerse triste cuando le había dejado, pero la
realidad era muy diferente, si él nunca había decidido cortar aquello era
porque estaba cómodo con ella. Compartían la mayoría de los gustos, podían
hablar de cualquier cosa y por qué no decirlo, también follaban. Y ahora que
probablemente no volvería a ver a esa melena rubia enredada bajo su cuerpo lo
único que era capaz de sentir era una sensación de alivio.
Una pelirroja de
ojos verdes le atendía con una sonrisa puesta. Sus brazos, llenos de tatuajes,
estaban trabajados por todos los años pasados tras la barra sirviendo copas.
- ¿Qué es lo que pasa hoy? Nada de caras largas en
mi bar.
D y R levantaron
la cabeza de sus copas y sus miradas se cruzaron por primera vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario