- ¿Se puede saber de que te ríes ahora? Yo no le
veo la gracia por ninguna parte.
- - ¿Una persona normal, tú? ¿Tú te has visto?
Llevas un vestido que valdrá más dinero que todo lo que hay aquí dentro. Hacia
siglos que no veía a nadie entrar en un bar de mala muerte como este con un
vestido como ese.
Como era lógico,
ella había ido a la cena vestida elegantemente. Llevaba un vestido negro con
detalles dorados, por encima de las rodillas, de palabra de honor ceñido hasta
la cintura donde lo adornaba un pequeño lazo. Los tirabuzones que se había
hecho le cubrían los hombros. Iba maquillada de forma bastante natural, nunca
le había gustado llevar toda la cara pintarrajeada, pero le hacia parecer más
adulta.
- ¿Qué le pasa a mi vestido? A mí me gusta.
- No digo que sea feo, pero mira al resto de gente
que hay aquí, ¿llevan algo parecido?
Le hizo caso y
miró a su alrededor. Todo el mundo que había allí vestía más o menos igual,
excepto ella. Llevaban vaqueros, rotos la mayoría, zapatillas o converse y camisetas anchas con algún
grupo de música o logotipo en el centro. Se dio cuenta de que no pegaba nada
allí.
- Tienes razón, no sé como no me han dicho nada…
- Porque este no es tu mundo princesa, seguramente
si alguien vestido como ellos hubiese entrado al sitio del que vienes todo el
mundo le habría mirado con desprecio e incluso le habrían invitado amablemente
a marcharse de allí. Pero aquí no, aquí cada uno es libre de hacer lo que le de
la real gana, no digo que no te hayan mirado curiosos, pero ninguno se
atrevería a meterse en lo que no les llama. Es otra forma de pensar.
- ¡No vuelvas a llamarme princesa! Me pones
nerviosa.
- Está bien no te enfades- se echó a reír, aquella
era una chica muy especial, pensó- Pero no me vas a negar que tienes toda la
pinta de una princesa sacada de un cuento de hadas.
- ¿Y dónde está mi príncipe entonces?
- ¿Es que no lo ves? ¡Está delante de ti! Y como
se nota que no has venido mucho por aquí, voy a enseñarte mi sitio favorito.
- ¿Tú un príncipe? Si tú eres un príncipe, ¡yo
seré la mala del cuento seguro!
Esta vez, rieron
los dos.
- Quizás esta vez el príncipe dejé a la princesa
tirada y se quede con la mala, quién sabe… - añadió cuando ya estaban saliendo
por la puerta del local.
/No me deja subir una foto de Minerva, ¡a la próxima será!
¿Qué tal se ha portado Papá Noel? Conmigo genial
y espero que con vosotros también :)
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